
Los pacientes con inmunodeficiencias primarias tienen un importante déficit de inmunoglobulinas, un anticuerpo esencial para el organismo del niño y del adulto. Ello hace que padezcan, con más frecuencia y de manera más severa, infecciones a nivel respiratorio (neumonías, sinusitis, etc.) tras la exposición a gérmenes comunes. Algunos casos excepcionales de crisis agudas pueden resultar mortales, al producirse una inflamación que obstruye el paso de aire por las vías respiratorias. La reposición de las defensas deficitarias en estos pacientes se convierte, por tanto, en un tratamiento de por vida y es por ello que los alergólogos del complejo hospitalario han decidido apostar por esta nueva terapia.
Frente a la administración de inmunoglobulinas por vía intravenosa, que exigía permanecer en el hospital durante una mañana cada cuatro o cinco semanas, con posibles reacciones adversas al plasma inyectado, la autoadministración domiciliaria por vía subcutánea (mediante bomba de perfusión) les permite evitar estos desplazamientos y estancias, sin alterar la vida personal y laboral del paciente, explican la Dra. Teresa González-Quevedo y el Dr. Stefan Henning, responsables del proyecto. En el primer grupo de pacientes, la autoadministración se realiza cada semana, aunque se estudia espaciar el tratamiento para ganar aún más en comodidad. Un curso de formación los instruye sobre cómo administrarse las inmunoglobulinas, incidiendo en la higiene y pequeños trucos de administración, así como en el qué hacer ante diversas reacciones adversas que pudieran surgir. Del mismo modo, estos pacientes tienen un diario en el que van anotando día a día su experiencia y disponen, las 24 horas del día, de línea telefónica directa con los doctores de la Unidad de Alergia para ser atendidos en caso de emergencia.
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