
En la elaboración del nuevo menú han participado la Unidad de Alimentación y la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición. Destacar la incorporación de triturados, purés de frutas y compotas de envase individual, ofreciéndose una mayor variedad de sabores y reduciendo la manipulación de los alimentos. Lo mismo ocurre con los platos de cuarta gama, como son las ensaladas y verduras, donde se proporciona un combi: bolsas individuales de aceite, vinagre y sal, para que el mismo paciente pueda aliñarse, a su gusto, las ensaladas. La comodidad en la ingestión también se ha tenido en cuenta. Así, pescados como la platija han sido sustituidos por el salmón, el cazón o el atún, ya que no tienen espinas y son más fáciles de comer. Luis Robles, uno de los Jefes de Cocina del hospital destaca que los pacientes han aceptado muy bien los nuevos platos, apuntando a su vez que siguen triunfando entre los ingresados los platos de siempre que ofrece el hospital: guisos, arroz, cocido en blanco y la paella de marisco. Pero introducir paella alicantina o pollo al curry se convierte para ellos en una original oferta que los invita a probar estas nuevas sugerencias.
La Cocina Central prepara cada día un total de 5.200 menús entre desayuno, almuerzo, merienda y cena, para aproximadamente los 1.300 pacientes que se encuentran hospitalizados. Unos menús que corresponden a más de 45 platos distintos, tanto para la dieta basal como la dieta blanda. Alrededor de 300 pinches, 24 cocineros, 3 jefes de cocina, 20 gobernantas, 6 dietistas, 2 bromatólogos y 6 personas en el área administrativa conforman el elenco de profesionales que día a día trabaja en la carrera de mejorar continuamente la alimentación del paciente en el hospital, un área a la que se destinan 3.400.000 euros cada año.
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